La tĂa Hacer, que mostrĂł el apartamento, dijo que la casa pertenecĂa a su sobrino, pero Ă©l tenĂa poder notarial, tomĂł el alquiler y se lo enviĂł. Su propio apartamento estaba en el cuarto piso. Fuimos a su apartamento a hacer un contrato. La tĂa Hacer, de 65 años, dijo tristemente que habĂa perdido a su esposo hace mucho tiempo, que tenĂa una hija que vivĂa en Estados Unidos, pero que nunca habĂa preguntado si la habĂa llamado. BajĂł un poco más el alquiler porque yo era estudiante. Solo recibiĂł la mitad del precio del alquiler como depĂłsito.
TĂa Historias Sexuales
Unos dĂas despuĂ©s, volvĂ a casa. Me acomodĂ© fácilmente porque de todos modos no tenĂa muchas cosas. Inmediatamente esa noche, la tĂa Hacer la llamĂł y la invitĂł a cenar a su casa. la mujer de 65 años habĂa preparado una mesa muy bonita y habĂa preparado platos. Era una mujer cuyo cabello blanco como el algodĂłn caĂa sobre sus hombros, y cuyo rostro, a pesar de su edad, no estaba muy arrugado, era obvio por todas las apariencias que habĂa sido hermosa en su juventud. Algunas de las fotos de jĂłvenes en blanco y negro en las paredes ya mostraban esto. Cuando salĂa, siempre se ponĂa el abrigo y se cubrĂa la cabeza, pero no sentĂa la necesidad de cubrirse la cabeza en casa porque me veĂa cerca de Ă©l.
Estaba estudiando el Ăşltimo año de la escuela de medicina, preparándome para los exámenes TUS. Esta situaciĂłn mĂa fue una bendiciĂłn increĂble para una anciana como la tĂa Hacer. Dependiendo de su edad, tenĂa muchos trabajos en hospitales. “DespuĂ©s de eso, no tendrĂ© que ir al mĂ©dico por cosas pequeñas, puedes examinarme. ¡Ahora estás en tu Ăşltimo año, eres casi un mĂ©dico! “cuando dijo:’ ¡HarĂ© todo lo que pueda!Dije.
DespuĂ©s de ese dĂa, comencĂ© a pasar por TĂa Hacer casi todos los dĂas para preguntarle si necesitaba algo, para hacer sus pequeñas compras. La mujer no tenĂa a nadie, estaba tratando de no estar completamente sola. A veces escuchaba su espalda y lo examinaba decentemente, escuchaba sus quejas y le daba consejos.
Una noche, la tĂa Hacer volviĂł a llamar. Mientras lo invitaba a cenar a su casa, tambiĂ©n me pidiĂł que lo examinara, que al mismo tiempo se sentĂa incĂłmodo. Ya sonaba angustiado. HabĂa comido, pero subĂ las escaleras para no ofenderlo. Vi la angustia en tu rostro cuando abriste la puerta. Lo seguĂ adentro. “No, tĂa Hacer, ÂżquĂ© pasa, dĂłnde estás sufriendo?”cuando dije, agarrĂ© su estĂłmago y le dije:’ BebĂ©, no he podido ir al baño durante mucho tiempo, estoy estreñida. No pasĂł de alguna manera. BebĂ tanta agua, bebĂ aceite de oliva y, hiciera lo que hiciera, no desaparecĂa. Ahora lo está golpeando desde abajo, Meret, apretándolo, pero esta vez lloriquea tanto que tengo miedo de ir al baño. ¡Estoy a punto de explotar!ӎl respondiĂł.
Le dije: “¡Tenemos que hacer un enema, tĂa Hacer!”cuando dije:’ ÂżQuĂ© es, cariño, cĂłmo es?”dijo. Cuando le expliquĂ© aproximadamente, dijo:” No lo sĂ©, Âżpuedo hacerlo?ӎl me mirĂł ansiosamente. “Lo haces, es algo fácil. Pero necesitamos encontrar una farmacia de guardia. ¡Espera un poco, lo cogerĂ© y volverĂ©!”diciendo eso, salĂ a la calle. Vi en Internet que habĂa una farmacia de guardia a unos cientos de metros de distancia. SalĂ a correr y comprĂ© algunos enemas y supositorios. La mujer estaba en una situaciĂłn difĂcil, tenĂa que ir al baño lo antes posible.
Cuando volvĂ a casa, su angustia pareciĂł aumentar aĂşn más. Le mostrĂ© el enema y le dije cĂłmo hacerlo. “Cariño, no puedo hacer eso ahora, ya me tiemblan las manos y los pies. ¡Hazlo tĂş!”Me sobresaltĂ© cuando dijo. “TĂa Hacer, esto se está haciendo por detrás, ¡es mejor si lo haces tĂş! Dije. “Cariño, no puedo hacerlo ahora, solo hazlo. Eres mĂ©dico, Âżpor quĂ© te da vergĂĽenza?”cuando dijo:” ¡Bueno, bueno!Dije. “¡Tenemos que ir al baño, surtirá efecto rápidamente!”cuando dije:’ ¡Está bien, vamos entonces!”dijo, frotándose el estĂłmago.
Fuimos al baño. Le pedĂ a la tĂa Hacer que se agachara agarrándose de la tapa cerrada del asiento del inodoro. Se inclinĂł frente a mĂ, apoyando las manos, asĂ que se acurrucĂł. TenĂa una falda holgada con aberturas largas cerradas. Le pedĂ que se quitara la falda hasta la cintura y le dije que se bajara las bragas. “¡Cariño, dime de antemano!”ella reaccionĂł diciendo, se enderezĂł, se levantĂł la falda. Se bajĂł las bragas, que eran blancas, de algodĂłn y cubriĂł su enorme trasero, hasta las caderas y se acurrucĂł de nuevo.
SerĂa mentira si dijera que no me impresionĂł a pesar de ser candidata a doctora frente a esta imagen de mujer. Cuando sostuve y separĂ© las enormes mejillas de su culo blanco, apareciĂł una hendidura profunda y roja de su coño y un ojete ligeramente ennegrecido. Su coño estaba cubierto de pelos largos y blanqueados. Y el imbĂ©cil estaba limpio.
Me puse la tapa del enema. Se suponĂa que yo tambiĂ©n debĂa usar guantes, pero olvidĂ© ponĂ©rmelos. AbrĂ la boca del gilipollas con la mano izquierda y sostenĂa el enema con la mano derecha. “TĂa Hacer, lo estoy haciendo, ¡despuĂ©s de que lo haga, te sentarás en el inodoro ahora mismo!”cuando dije:’ ¡Detente entonces, cariño!”dijo. Se enderezĂł con un suspiro y dijo: “BebĂ©, tengo miedo de hacerlo, me duele mucho, me duele la espalda. ¡Y si haces esto, me arruinarĂ© por completo, porque me duele mucho la espalda!”cuando dijo:’ ¡Tienes razĂłn, es difĂcil al principio, pero luego te acostumbras!Dije.
Pero aĂşn asĂ, no pude hacer creer a la tĂa Hacer mis palabras. Fue entonces cuando dijo algo extraño. No podĂa creer lo que oĂa cuando dijo que su esposo era asĂ en ese momento, cuando tenĂa dificultades para ir al baño, pudo relajarse e ir al baño despuĂ©s de poner una botella detrás de Ă©l y expandirla. “TĂa Hacer, ÂżquĂ© clase de cosa es lo que dices? ¡Es tan insalubre, es tan peligroso!”cuando dije, Ă©l reaccionĂł y dijo:’ ÂżQuĂ© habrĂa hecho mi bebĂ© si Adam hubiera muerto? ¡Se retorcĂa de dolor, asĂ que coloquĂ© una botella detrás del Ăşltimo recurso, el hombre se relajĂł despuĂ©s de eso y me rezĂł!”dijo.
Y luego dijo: “¡Si tĂş tambiĂ©n tienes una botella, una botella de refresco estarĂa bien!”cuando Ă©l dijo:” ¡No!Dije. “¡Yo tampoco!”se lamentĂł. “¡Les preguntarĂ© a los vecinos !”cuando dije:’ ¡No, no quiero molestar a la gente a esta hora, de todos modos no estoy hablando con ninguno de ellos!”dijo. La tĂa Hacer dijo anteriormente que tuvo una pelea con los otros residentes por el problema de la basura. Los vecinos dijeron que la tĂa Hacer era una mujer mala y gruñona que tenĂa dificultades mentales y que no querĂan involucrarse con ella. Estaba convencida de que estaba gruñón y malhumorado, pero estaba presenciando esta noche que era duro de corazĂłn. La mujer era realmente inestable.
LlegĂł al trabajo como una broma y dijo: “¡Pepinos, berenjenas, calabacines tambiĂ©n son posibles!”cuando dije:’ ¡Cariño, me estoy retorciendo con el dolor de mi vida, ¡te estás burlando de mĂ!”dijo. Y luego dijo: “¡No pude ir al domingo esta semana, y esas cosas son demasiado caras de todos modos!”agregĂł. “¡Entonces, ÂżquĂ© tal si vamos al hospital?”cuando dije:’ Si vamos a un hospital pĂşblico, ahora hay tantas filas, si vas a uno privado, les importa un carajo. Nos cortaremos la barriga solos. ¡Solo mete un poco el dedo, intenta expandirlo asĂ!”cuando Ă©l dijo:” Y tĂa Hacer, Âżhablas en serio?Dije. “Cariño, lo digo en serio, haz lo que te digo, ÂżquĂ© clase de mĂ©dico eres, estás disgustado conmigo?”dijo enojado.
A sus explicaciones enojadas y cohibidas, “¡Sucederá, dĂ©jame empujar mi polla y expandirla asĂ!”cuando dije:” ÂżEstarĂa bien?”dijo con rostro serio. “Y tĂa Hacer, vete a trabajar, Âżestás loca?”cuando dije:’ Por el amor de Alá, nena, haz lo que vas a hacer ahora, no se si vas a meter el dedo o meter la polla, ¡pero sálvame de este problema, o voy a estallar como un globo ahora!”dijo. Luego se quitĂł las bragas y se frunciĂł la falda alrededor de la cintura.
mi casero de 65 años querĂa que le follara por el culo. Mi pene se endureciĂł involuntariamente debido a este pensamiento,pero ÂżcĂłmo era, cĂłmo iba a suceder? Mi abuela era una mujer de mi edad, tĂa Hacer. GirĂł la cabeza hacia un lado y dijo: “¡Vamos, nena, date prisa, eres un hombre joven, toma tu polla y mĂ©tela!”dijo. Mientras tanto, habĂa comenzado a soltar gemidos dolorosos. Dic.
TenĂa que hacer lo que dijiste. Me bajĂ© los pantalones y las bragas. MirĂ© el viejo y largo coño peludo blanco de la tĂa Hacer y su gran culo arrugado y acariciĂ© mi polla, vertĂ un poco de jabĂłn lĂquido en mi polla y fingĂ tirar 31. Cuando mi polla empezĂł a ponerse dura, me acerquĂ© y le dije: “TĂa Hacer, ¡baja un poco la cintura, abre las piernas! Dije. La tĂa Hacer abriĂł los pies con las zapatillas de goma del inodoro en los pies y bajĂł la cintura. Aunque era vieja, su estatura era cercana a 1,70 y era una mujer grande.
SeparĂ© las nalgas. Cuando frotĂ© la cabeza de mi polla en el culo, de repente temblĂ© como si me hubieran electrocutado. Iba a follar un culo por primera vez. Antes, trajo a dos mujeres con amigas a nuestra casa de estudiantes y las follamos. Pero las mujeres insistieron en que definitivamente no sucederĂa por el culo. Ahora la tĂa Hacer, de 65 años, me obligaba a follarle el culo. La vida estaba sacando cosas extrañas frente a la gente…
EmpecĂ© a presionar mi polla en tu culo. Al principio, fue como si el agujero se abriera y la cabeza de mi pene entrara en Ă©l, pero lo tirĂ© hacia atrás justo despuĂ©s. Además del hecho de que el ojete de la tĂa Hacer era estrecho, tambiĂ©n estaba muy apretado. Los mĂşsculos de la boca del gilipollas no se habĂan relajado a pesar de su edad. Nov. SeparĂ© el gilipollas con los pulgares y comencĂ© a presionarlo nuevamente, pero no volviĂł a suceder. El imbĂ©cil insistiĂł en no meterme la polla. El miedo de la tĂa Hacer de no poder ir al baño era normal. No podĂa hacer un enema cuando el culo estaba tan apretado y apretado.
Fue entonces cuando me agachĂ© y metĂ el dedo medio derecho en Ă©l. SentĂ la opresiĂłn y opresiĂłn del gilipollas más claramente. Mi dedo estaba metido hasta el primer nudillo, pero cuando la tĂa Hacer se contrajo, el agujero apretĂł mi dedo como un tornillo de banco. “¡TĂa Hacer, dĂ©jate en paz, no pelees!”cuando dije:’ ¡Si es fácil, dĂ©jalo!”dijo.
Esto no era algo que sucederĂa de pie en el baño. “TĂa Hacer, ¡vamos adentro, esto no está sucediendo aquĂ! “cuando dije:’ ¡Cariño, vamos, date prisa,no puedo parar! “se levantĂł diciendo. Y cuando se levantĂł, lo primero que mirĂł fue mi polla balanceándose frente a mĂ. “¡Tu polla tambiĂ©n es muy grande!”dijo riendo. Entonces sonreĂ y dije: “¡Si comes esto, te abrirás, entonces podrás ir al baño todo lo que quieras!”cuando dije, me golpeĂł en la mejilla y me dijo:’ ¡Veo que a ti tambiĂ©n te gusta, albĂłndiga!”dijo. Él me agarrĂł de la mano y dijo: “¡Vamos!”diciendo eso, Ă©l la condujo al dormitorio.
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